lunes, 30 de mayo de 2011

¡¡¡ REZAD, REZAD, INDIGNOS !!!

Los milagros económicos existen en la misma medida que existen los santos en el mundo financiero y empresarial.
Con el tiempo, estos milagros se revelan como estafas.


Reunidos en actitud de recogimiento. Arrodillados frente al Poderoso, cada cual exhibiendo su sumisión, su contrición por las posibles ofensas que pudieran haber provocado su malestar. Entonando las súplicas, mostrando su entrega y disposición a obedecer cualquier orden. Despojados de la propia voluntad. Rogando el mandato, la palabra para ser cumplida y ejecutada con diligencia. Rogaban por sí mismos, por sus hijos, por sus amistades, por sus familias, para que no les faltara las provisiones con que habían llenado la despensa del Poderoso.
Apenas asomó por la puerta, la multitud clamaba, ya la misericordia, ya la condena de los infieles.
El Poderoso miró con desdén a aquella raza de castrados. Seleccionados quirúrgicamente desde tiempos inmemoriales por otros poderosos en cada oleada de represión sobre aquellos que mostraron algún atisbo de rebeldía. Una raza de seres predispuestos a la obediencia. Le habían servido bien, pero nada podía enaltecer aquella indolencia, aquella incapacidad para indignarse, para exigir y exigirse el respeto como seres humanos.
Finalmente se dirigió a la multitud que se había congregado a saludarle.

-¡Rezad, rezad, indignos! Indignos de mi palabra, indignos de mi atención, indignos incluso de mi ira. No os preocupéis sin embargo, os concederé la esclavitud que tanto solicitáis, la esclavitud que habéis forjado con vuestras rodillas ensangrentadas.
Matad ahora a vuestro prójimo, perseguid al necesitado, violentad a vuestras mujeres, devorad a vuestros hijos como ya habéis hecho con su futuro, robad en vuestra propia casa, sed ahora los dioses de vuestro propio infierno.

Y el Poderoso mandó cerrar las puertas de la nave. Repletas las bodegas con todo lo que pudo arrebatar a los estafados. Estafados en su buena y en su mala fe. Los motores se pusieron en marcha y la nave alzó el vuelo. Rumbo al paraíso fiscal.

Firmado: Anonymous

jueves, 26 de mayo de 2011

España en transición

El egoísmo ha envejecido de golpe, después de haber devorado el futuro de todas las gentes, de todos los países, de todos los seres vivos del planeta.
Porque de eso se trata, de futuro esquilmado, de ver morir el futuro en nuestros jóvenes, en nuestros hijos, en nuestros nietos. La mirada miope, la mirada incapaz, se aferra patética a los despojos de la belleza mientras los jóvenes la levantan, la gritan, con esa conmovedora ingenuidad que solo poseen quienes tienen en su mano cambiar el mundo.
Se puede vivir sin dinero, pero no se puede vivir sin belleza. Ahora que perdemos todo lo que tenemos, nos enfrentamos a la verdad de todo lo que somos. Ese es el futuro. Lo que somos desnudado de parafernalias. El egoísmo emigra con su dinero en busca de paraísos fiscales y las gentes, burladas por todos los parásitos del mundo, estafadas en su buena y en su mala fe, se quedan a solas con lo que son. Mientras los muchos se atreven a jugar la última partida de ruleta rusa, con tres mil balas en el tambor y un solo hueco sin daño, los menos buscan el futuro en lo que queda: el capital humano.
Y empezamos a descubrir sorprendidos que no necesitamos parásitos, que somos todo lo que hace falta para construir un nuevo mundo. Que la vida está en nosotros y en la indolencia la muerte. Que ahora que empezamos a caminar se abren ante nosotros nuevos caminos.
Cuando hemos decidido tomar el timón de nuestras vidas la misma Tierra se ha convertido en navegable.

Firmado: Gaia

lunes, 23 de mayo de 2011

La democracia a la intemperie


Ese es el espíritu del 15M. Con cientos de miles de familias en situación de desaucio solo podemos hacer democracia a la intemperie.
El movimiento del 15M no pretende ganar el juego democrático sino exigir que se dignifique y que no se desvirtúe. Exige una democracia real.
¿Estamos oyendo-leyendo los análisis?
Todo se reduce a quien ha ganado o quien ha perdido. Las elecciones se han convertido en una casa de apuestas y los medios de comunicación en una agencia de pronósticos. Los análisis ya han renunciado a indagar las causas de la crisis.
¿Que proyectos tiene la oposición para garantizar derechos básicos reconocidos constitucionalmente como el trabajo, la educación, la sanidad y una vida digna?
Mas de un millón de familias carecen de ingresos, los jóvenes no tienen futuro y esta crisis económica se revela ya como el comienzo de un anunciado crash tras el cenit del petróleo. La izquierda ha acabado interiorizando el mensaje único de la derecha: esta crisis no es mundial, es todo culpa del gobernante en funciones. No hay propuestas creíbles por parte de la derecha y tampoco por parte de la izquierda, porque estamos ante algo mas que una de las típicas crisis del capitalismo.
Lo peor de la derecha no es que haya ganado sino que tampoco tiene soluciones. Y eso es lo que atisban quienes se concentran en las plazas.
Conseguir que los políticos sirvan a la población y no a la inversa es el espíritu de la democracia misma. Ganar no es servir. La constitución reconoce el derecho a la vivienda, al trabajo, a la salud y a la educación. Seamos una oposición continua y seámoslo en la calle.
Eso se llama democracia participativa.
La corrupción no es sino una sofisticada ingeniería del delito. Una estafa a la democracia sirviéndose del poder (y el sueldo) que se otorga para gestionar aquello que es público y común. Y las listas del partido opositor están llenas de imputados. La interpretación que se hace en titulares es que la población avala la corrupción y olvidamos que la estafa es un delito de engaño basado en la buena fe de la gente.
El movimiento del 15M parte de una constatación muy lúcida: el partido en el poder ha hecho una política contraria a su programa electoral porque los mecanismos e inercias del modelo económico tampoco hubieran permitido mucho margen de actuación. Nuestros políticos no controlan esta crisis. Solo nos avergüenzan con su actitud de apuestas sobre quien gana a quien en unas elecciones.
Lo que deba ir a las urnas que vaya a las urnas, lo que deba llevarse a la calle, que en la calle acampe.
Ya estamos en la calle, esto es democracia a la intemperie.

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