LA
NATURALEZA DEL PROBLEMA: LÍMITES Y OBJETIVOS.
No
hay viento favorable para el barco que no sabe dónde va.
Séneca
Las paradojas son con frecuencia fruto de la relación entre objetivos y los medios para lograrlos. La realidad está plagada de irregularidades, de condicionantes y de límites, y si viajamos en un barco puede que el mejor camino para llegar a un puerto sea bordear un continente. Podríamos preguntarnos por la ciencia que estudia el establecimiento de los objetivos, pero no existe tal ciencia, la ciencia ya tiene su propio objetivo: buscar la verdad. Cierto que la cibernética y la Teoría General de Sistemas han aportado mucho al estudio de sistemas teleológicos, que en un principio era y aún sigue siendo parte de la metafísica, la ética y la religión. Pero somos las personas y las sociedades quienes, en definitiva, y de forma mas o menos condicionada hemos de responder a una pregunta tan sencilla como esta: ¿para qué?
En
la práctica, las disciplinas del conocimiento mas cercanas al
establecimiento de objetivos en una sociedad son la economía, la
política y la religión o la ética. La ciencia no tiene todas las
respuestas, la religión tampoco, pero siempre podemos sucumbir a la
tentación de cerrar el turno de preguntas. Al fin y al cabo, el
objetivo del poder no es que todo el mundo tenga acceso a la verdad,
sino el dominio.
La
energía tiene mucho que ver con el poder: nada podemos sin energía.
Por eso la Física, la ecología y la biología tienen mucho que
decir cuando la "ciencia" económica no informa
correctamente a la sociedad de las consecuencias de mantener el
crecimiento infinito como objetivo en sí mismo. Y quizá
también en la política, cuando las élites dominantes, presas de la
estulticia, de la histeria y de la miseria moral, invocan el
sacrificio humano para inmolar en su hoguera el objetivo del bien
común que debería caracterizarla, para dilapidar el poco tiempo y
recursos de que aún disponemos en intentar mantener un poco mas el
modelo económico que otorga sus privilegios. Porque no solo
los objetivos bien intencionados están sometidos a paradojas,
también lo están los objetivos malvados o egoístas. No somos seres
sociales con emociones altruistas o solidarias porque creamos en
unicornios de color rosa, sino por pura ventaja en la supervivencia.
Con frecuencia partimos del prejuicio de que la maldad o el egoísmo
son inteligentes y que la bondad o la solidaridad son estúpidas o
ridículas. Preguntémonos por ejemplo por los costes de un poco de
solidaridad en la gestión del actual brote de ébola en sus inicios,
y en los que está teniendo y tendrá en un futuro para toda la
humanidad.
SOLUCIÓN
A LA PARADOJA DE JEVONS
La paradoja de Jevons es irrefutable
en la medida en que lo son los hechos a los que hace referencia, sin
embargo, los hechos son historia, lo que los convierte en leyes o
tendencias mas o menos deterministas es que se repitan dadas
circunstancias similares sin que podamos hacer nada por evitarlo.
Pero como veremos, la paradoja de Jevons, también llamada efecto
rebote, no es una ley física, sino que depende de los
objetivos que demos al sistema,
de que el
sistema pueda crecer físicamente y
de que tomemos o no, las medidas
políticas y económicas para contrarrestarlo.
Tampoco tiene por qué significar algo negativo, dicho de otro modo,
podemos intentar evitarla
o aprovecharla,
puesto que afecta a todas las fuentes de energía. Así, si el pico
del petróleo marca el fin del crecimiento físico de esta fuente de
energía y hay otras fuentes renovables que aún pueden mejorar en
eficiencia y que aún no han llegado a sus límites, las
ganancias en eficiencia tanto en su uso, como en su obtención
(TRE) serían
un efecto clave en el proceso de sustitución de unas fuentes por
otras. Y todo esto aún dentro del actual paradigma económico.
También hemos de tener en cuenta que los
límites afectan de forma diferente a las fuentes renovables y no
renovables.
Mientras que para los recursos finitos la llegada a los límites
marca el comienzo de su declive y su tendencia
a cero,
los recursos renovables explotados de forma sostenible pueden
mantenerse en su máximo de forma indefinida.
Por tanto, las implicaciones de llegar al límite de un recurso no
renovable son muy diferentes de llegar al límite de un recurso
renovable usado de forma sostenible.
La
paradoja de Jevons tiene importancia para discernir las
dificultades en la sustitución de unas fuentes de energía no
renovables y finitas, por otras renovables y sostenibles, pero
llegados a los límites del crecimiento de una fuente de energía
el efecto rebote simplemente ya no puede darse, salvo mediante el
apalancamiento en el crecimiento de otras fuentes.
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En
realidad, una
vez llegamos al límite de una fuente de energía carece de sentido
preocuparse porque la eficiencia pueda provocar un crecimiento en su
uso.
Cuando los sistemas dinámicos llegan a sus límites, su
comportamiento puede ser muy diferente al habitual. Llegados a este
punto, se
da la paradoja de que el efecto rebote puede dejar de ser un problema
y formar parte de la solución.
Lo que en este momento debe preocuparnos es la caída
en la disponibilidad de energía neta para
la sociedad y en el caso de los combustibles fósiles, el grado
de sustitución que
pueden aportar las energías renovables y la dependencia actual
que tienen de dichos combustibles, el uso
insostenible de
las mismas y curiosamente la
eficiencia en su obtención(TRE)
y uso. Debe preocuparnos que funciones vitales para el ser humano
como la producción y distribución de alimentos en nuestra
agricultura industrial dependan totalmente de los combustibles
fósiles como ya alerta un informe
de la ONU. Debe preocuparnos que el sistema financiero en una
economía en recesión solo puede mantenerse fagocitando
al sistema productivo y
generando exclusión
social y
un abismo de desigualdad
económica.
Nos
acercamos a un cambio de fase, al punto donde un
disparo en una calle , una
niña tocando el tambor en un mercado, o quizá la mas elemental
de las criaturas como puede ser un
virus o la inmaterialidad de un meme, pueden marcar la
dirección en que se mueven los acontecimientos, el efecto mariposa
donde lo que hasta ese momento resultaba sumamente improbable puede
cambiar su suerte. Sería bueno tener algo que decir a nuestros hijos
cuando nos pregunten qué hacíamos cuando su presente estaba en
nuestras manos.
EFICIENCIA,
AHORRO Y CRECIMIENTO
Para un
sistema funcional podemos dividir la energía consumida total en
dos conceptos: la energía necesaria para su mantenimiento y la
invertida en su posible crecimiento. Sin embargo la segunda ley
de la Termodinámica impide obtener un 100% de aprovechamiento,
por lo que siempre tendremos una cantidad mas o menos grande de
energía perdida. Este modelo sería escalable y con las debidas
precauciones podría servirnos para caracterizar a un ser vivo, a
un país o a nuestro sistema capitalista globalizado.
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La paradoja de Jevons dice formalmente que aumentar la eficiencia disminuye el consumo instantáneo pero incrementa el uso del modelo lo que provoca un incremento del consumo global. Dicho en otras palabras, en un sistema en crecimiento, los esfuerzos en la eficiencia terminan invertidos en crecimiento, con lo que a la larga obtenemos un mayor consumo y no un mayor ahorro. Por tanto, las propuestas de eficiencia que no cuestionan el crecimiento económico, terminan provocando un mayor consumo de recursos. Jevons descubrió este principio a partir de la observación empírica.
El pico del petróleo marca el momento a partir del cual ya no podemos obtener el petróleo ni la energía que procede del mismo de forma creciente. El impacto que tiene sobre la economía es fácil de deducir teniendo en cuenta su importancia estratégica: si nuestro modelo necesita obtener energía de forma creciente, el pico de esa energía, marca inevitablemente el fin del crecimiento económico. Pero veamos el papel que representa la eficiencia en este proceso.
El
destino de la energía ahorrada en eficiencia depende de
los objetivos que se den al sistema. Si el
objetivo es el crecimiento obtenemos la paradoja de Jevons. Si el
objetivo es mantener un modelo estacionario entonces la
eficiencia consigue reducir los costes de mantenimiento del
sistema. Si necesitamos un cambio de modelo podemos invertir la
ganancia de eficiencia en los costes de transición.
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El sistema dispone de energía para crecer y elige crecer: El excedente de la energía liberada por la eficiencia se emplea en crecer. Pero un sistema mas grande necesita mayor energía de mantenimiento, con lo que la energía total consumida aumenta en el siguiente ciclo. Paradoja de Jevons.
El sistema no dispone de energía para crecer pero puede mantenerse (pico de la energía neta): El pico de la energía define el momento en que el sistema no puede obtener energía de forma creciente. Así, el sistema podría crecer limitadamente solo a costa de la eficiencia.
El sistema ya no dispone de energía suficiente para crecer ni mantenerse: La ganancia en eficiencia solo puede convertirse en crecimiento si antes ha cubierto los costes de mantenimiento. Cuando esta condición no se cumple el sistema entra en fase de colapso y degradación. Momento en el que se encuentra actualmente España, Europa y el mundo, si prescindimos de manipulaciones estadísticas. La realidad es mucho mas compleja porque no tenemos una sola fuente de energía, sino varias y se encuentran interrelacionadas. Porque no estamos ante un sistema simple sino ante una gran cantidad de sistemas y susbsistemas abiertos. Pero las leyes de la termodinámica son inmunes a la complejidad de los sistemas. Entonces ocurre, que si en un sistema seguimos manteniendo el crecimiento económico como objetivo en sí mismo, este solo puede producirse a costa de acelerar el decrecimiento de otros, entrando en una espiral de canibalismo sistémico donde hoy somos comensales y mañana menú, hasta que no queden comensales o al menú le salgan los dientes, se revele y todo sea sangre y excrementos.
Es hora pues de cambiar el chip a modo catástrofe que parece el mas relacionado con la solidaridad y dejarnos de eufemismos que ya no engañan a nadie. Tenemos un enemigo común, pero no es el ahorro y tampoco la eficiencia, y debemos hacerle frente antes de que se active el modo guerra o el modo derrota y como en un trastorno bipolar pasemos de un optimismo fundamentalista a un derrotismo entregado.
Sobrevivir a un descenso brusco y brutal de la energía disponible para la sociedad ya no puede hacerse depurando procesos sino prescindiendo de ellos. La eficiencia por tanto, es un pilar básico tanto en la transición como en el establecimiento de un nuevo modelo. En cuanto al ahorro conviene recordar que no ahorramos para no consumir, sino para regular el consumo en el tiempo, ya sea para obtener potencia o para afrontar tiempos de escasez. La expresión "lo que no consumas tú, lo consumirá otro" no es necesariamente cierta ni negativa. Lo que sí podemos afirmar es que lo que nosotros consumimos ya no pueden consumirlo otros. Así, los recursos usados para restaurar un pueblo abandonado ya no podrán ser usados en construir o mantener autopistas. El combustible que usemos en la maquinaria para reforestar un erial y convertirlo en un bosque ya no podrá ser usado para talarlo. El dinero que gastemos en construir una escuela ya no podemos gastarlo en fabricar un tanque. La energía que usemos para la transición no podrá ser usada para mantener el BAU. El tiempo que dedicamos a trabajar por un mundo mejor ya no podrá ser pasto de la indolencia. Puede que esto resulte insuficiente para llegar a una meta pero siempre contará como paso hacia adelante. Los marcos de lo posible son entornos dinámicos que se van estrechando aceleradamente dejándonos cada vez menos opciones. Como a un vehículo al que se le agota el combustible cada vez podemos elegir menos lugares adónde ir. Al menos eso tiene la ventaja de que cada vez tenemos menos cosas sobre las que estar en desacuerdo... siempre que tengamos la información correcta.
CONCLUSIÓN
Las cosas están mal, pero la paradoja de Jevons no es una ley Física. Es un problema de asignación de objetivos a corto plazo sin tomar en cuenta lo que pueda ocurrir en el largo plazo. Sin embargo, la asignación de objetivos no puede ni debe ser decidida por la ciencia. El objetivo de la ciencia es buscar la verdad e informar a la sociedad lo mas certeramente posible de las consecuencias de optar por un objetivo u otro. La cura no es tanto jarabe de experto como de sensatez y responsabilidad colectiva. Sin embargo, lo que nos dicen las paradojas es que las intenciones, buenas o malas, no garantizan que las cosas resulten según lo esperado. Eso no significa en absoluto, que las intenciones, el establecimiento de los objetivos, sean algo irrelevante. Es mucho mas fácil destruir que construir, porque para construir, para avanzar en sentido contrario al principio de entropía, hace falta energía, inteligencia y contención.Seguiremos afrontando paradojas. Habremos de cuidarnos de que las distopías se conviertan en profecías autocumplidas. Salvar a las personas puede que exija olvidarse de permanecer en el Titanic y fletar los botes salvavidas, no consumir la semilla que necesitamos hoy para poder obtener la cosecha mañana. Y pueda que hoy esto nos parezca impensable, pero el tiempo es un recurso que no podemos acumular y tampoco detener. Lo que hace inevitable el desastre es que no hagamos nada por evitarlo. Lo que hacemos definirá mejor lo que somos que aquello que tenemos.
Además de la energía abundante, el medio que nos ha permitido llegar hasta aquí ha sido nuestra facultad para entender, sin embargo, el objetivo ha sido crecer y dominar. Sería una pena que sacrificáramos nuestra inteligencia arrastrados por el mismo deseo de dominio.
Referencias:
- El
efecto rebote de la eficiencia energética. Pedro Linares.
- Efecto
rebote. Wikipedia. Inglés.